Tranquilo, papá va a hacértelo muy bien


Un padre siempre sabe lo que su hijo necesita. Por eso cuando este hombre fue a la habitación de su muchacho el chico simplemente se limitó a sonreir. Primero su padre le pidió un beso, pero no se trataba del típico beso en la mejilla, sino uno en sus labios. Poco después empezó a tocar su joven verga y su culito. Lo tumbó en la cama y le metió sus dedos dentro de su ano mientras el joven disfrutaba de aquello.