¿Seguro que te atreves a llegar hasta el final?


La atracción que sentía por su hijo no era del todo disimulada, el chico lo sabía. Constantemente lo veía cerca, especialmente cuando se metía en la ducha para verlo desnudo. Pero ese día en la cocina fue cuando sucedió todo. El muchacho quiso romper el hielo diciéndole que si podía darle un masaje en su cuello, el hombre se ofreció y lo hizo. Pero ese contacto hizo que ambos se pusieran calientes, hasta el punto de que poco después el joven estaba comiéndole la polla de rodillas.