Acababa de quedarse en la calle y tenía que buscarse la vida. Aquella fábrica abandonada le pareció un buen lugar, se atrevió a entrar pero una vez dentro se encontró allí durmiendo a otro tío. Tenía que iniciar la lucha territorial, agarró un palo y le amenazó para que se fuera. Sin embargo aquél hombre le contó su situación personal y ambos acabaron haciéndose buenos amigos. Pasaban el día juntos y buscaban basura como un buen equipo. Lo que también hacían juntos era follar, ya que cada vez que se aburrían mantenían relaciones sexuales entre ellos. Allí entre los cartones uno le comía la polla al otro hasta que finalmente le penetraba, algo que suele suceder con bastante frecuencia.
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