Estos chicos brasileños acabaron follando de una manera totalmente inesperada. Uno de los chicos era un vendedor ambulante, tenía problemas económicos y acudía casa por casa para ver si podía sacar algo de dinero. Pero ese día cuando llamó a su puerta vio que podía también sacar algo más de dinero, ya que no tardó mucho en decirle que pasara. Tras interesarse en sus productos le metió unos billetes entre los pantalones, una clara invitación para lo que pretendía. Se excitó bastante, y al darse cuenta se agachó y comenzó a comerle la verga. Aquello prometía, parecía bastante interesante. Primero le folló la boca, y luego junto a la cama se la metió en su culo para follárselo. Lo puso a cuatro patas y le dio duro, hasta que al final los dos se acabaron corriendo.
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