Soy tu padre, pero también un hombre y tengo debilidades


Todo hombre tiene sus debilidades, y la suya era su propio hijastro. La diferencia de edad era obvia, y el hecho de que fuera el hijo de su mujer siempre se la había puesto dura. Le excitaba tanto el hecho de que fuera más joven como el hecho de que fuera algo prohibido y oculto, la madre no debía enterarse de nada. Mientras el chico estaba allí sin camiseta él se cansó de ocultar lo que quería, sacó su verga y comenzó a pajearse mirándolo. El chico fue hasta él y se le quedó mirando, lo que hizo a continuación fue comérsela. Para su sorpresa él también le deseaba. Poco después colocaba a su hijastro a cuatro patas y le follaba su estrecho culo en el sofá del salón.