No pares de moverte cabrón


Los dos chicos eran jóvenes y estaban muy calientes. Empezaron besándose pero no tardaron en quitarse toda la ropa para quedarse desnudos y así probar sus vergas. El negro se la comió a él y pronto se dio la vuelta ofreciéndole su culo para que lo penetrara. Después lo puso a cuatro patas y siguió follándoselo hasta que al final se dio la vuelta y se puso sobre él. Lo agarró del cuello y le dijo que no parara de moverse. No paró, pero luego se dio la vuelta esperando bien abierto de piernas a que le dejara toda su leche. Se corrió sobre su verga negra y sus huevos.