¿Me la vas a comer ya o que?


Eran dos hombres hechos y derechos, y los dos sabían lo que querían y lo que les gustaba. No les costó mucho llegar a aquello, al fin y al cabo eran dos maduros. Sacaron sus vergas y se miraron durante un rato, hasta que uno de ellos se acercó al otro para agarrársela. La tenía bien grande, y mientras se miraban a los ojos le dijo si pensaba comérsela o no. Fue dicho y hecho, y justo en el momento en el que estaba comiéndosela llegó otro amigo. Se excitó bastante al ver lo que hacían y poco después él también tenía su polla fuera dispuesto a participar. Acabaron follándose haciendo un trío.