Te quiero como si fueras mi hijo, de verdad


Viejo, gordo, vicioso y degenerado. Hay más calificativos para este hombre mayor, ya viejo, pero todos se quedarían cortos. El cerdo estaba en el baño totalmente desnudo mientras sabía que necesitaba meterla en caliente, por lo que llamó a uno de los empleados de su empresa. Ser el jefe y tener a empleados jovencitos le daba ciertos «derechos» como por ejemplo el de tener sexo con ellos sabiendo que no pueden negarse o serán despedidos. Así fue como, tras la llamada, acudió un joven latino a verle a su habitación.
El hombre se había vestido pues no quería aparecer en pelotas y asustarle. Ambos se sentaron en la cama y después de hablar un rato intentó conseguir lo que quería. Su forma de conseguirlo fue bastante peculiar, ya que le dio un abrazo diciéndole que le quería como si fuera un hijo. Obviamente era mentira pues apenas lo conocía, pero consiguió enternecer al joven que provenía de una familia desestructurada, él lo sabía.
Después de este gesto y sin pensárselo comenzó a desnudar al joven latino, el cual por supuesto se dejó. Ya habían corrido rumores de lo que salía hacer el directivo con los jóvenes que iban a verle, y él no iba a ser una excepción.
Tras desnudarle el viejo se lo folló analmente en la cama hasta que acabó corriéndose. Luego exprimió la polla del jovencito, también quería que el chico se corriera.