Hijo, ¿has hecho los deberes? No, pero puedes comerme la polla


Uno de tantos «ninis» que ni estudian ni trabajan y que además controla totalmente a su padre. O más bien lo controla con su polla. El maduro tiene una enfermiza obsesión con su hijo desde que se quedó viudo. Al encontrarse solo se le abrieron ciertas puertas que él mismo había cerrado durante años. Y el hecho de que su hijo saliera del armario le dió alas a mantener relaciones sexuales con él.