Es un chico jovencito, pero demasiado arrogante. Se piensa que porque su padre es rico todas las personas son simplemente posesiones para él. Y además lo lleva a la práctica. Con su característica arrogancia llama a dos de los empleados de su padre para que vayan a su habitación. Él los espera allí con su traje a medida y sus zapatos de 2 mil dólares, echado en la cama y esperando que lleguen los lacayos. Cuando llegan ni se digna en estrecharles la mano, les va ordenado que deben hacer. Los otros saben que su trabajo depende de tener contento a ese chico pijo y malcriado, por lo que hacen lo que él les ordena. Y lo mejor de todo es que sus órdenes les gustan, por lo que terminan follando los tres juntos en un peculiar trío. Cuando los hombres están desnudos somos todos iguales.
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