Estás detenido capullo, cómeme la polla


No tiene opción, si quiere evitar la detención debe comerle la verga a ese robusto y atractivo policía. No parecía un castigo, más bien un premio. Siempre le gustaron los hombres de uniforme y también los hombres con cierto poder. Al verse detenido y totalmente sometido a la voluntad de ese hombre uniformado y con autoridad se puso bastante caliente. No obstante el agente insistía en que le comiera la polla, por lo que ambos tenían intereses comunes.