El gimnasio casero que compartían ambos chicos se convirtió en el escenario perfecto para probar su enorme verga negra. Ya llevaba tiempo observándolo y deseando ver si realmente tenía uno de esos famosos pollones, y desde luego lo descubrió de primera mano. Primero se la chupó metiéndosela en su boca parcialmente, ya que entera era imposible dado el tamaño de su pene.
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