El cachas nunca había disfrutando tanto


Era un jovencito fuerte, bien trabajado tras miles de horas de gimnasio. Solo faltaba ver si era bueno follando, y el otro jovencito iba a probarlo bien. Le enseñó sus potentes biceps y el otro chico se puso caliente rápidamente, por lo que no tardaron en empezar a besarse y a desnudarse. Al poco estaba comiéndole la polla, y un rato después era el chico musculoso el que se abría de piernas en el sofá esperando a que le metiera la polla. Sus ojos se abrieron como platos al sentir su verga entrar dentro, se estaba poniendo cada vez más cachondo, le encantaba como se lo estaba follando. Según él nunca había disfrutado tanto teniendo sexo, y desde luego su cara y gestos lo dicen todo.