Aguanta muchacho, ya está dentro


Su padrastro se había volcado con él dedicándole todo su tiempo, incluso realizando actividades deportivas. Solo escondía un pequeño secreto, en realidad le deseaba. Un día tras volver a casa el joven se quitó su camiseta y él no podía dejar de mirarle. De repente le dijo que levantara su brazo, y lo que el maduro hizo fue empezar a oler su axila, le encantaba su olor a sudor. Se le puso dura al instante y empezó a besarle, pero aun así no dejó de olerle. Poco después su padrastro se desnudaba mostrándole su dura verga, el chico supo que quería que se la chupara y lo hizo. Dedicó un buen rato a comerle la polla hasta que el hombre le dijo de ir a la habitación. Allí se desnudaron y esta vez fue su padrastro el que le comió la polla a él.