No llores marica!


Su padrastro era un hombre duro, solía tratarlo bastante mal. A veces unos gritos, otras unos insultos y en algunas ocasiones unos azotes. Pero aquella vez fue diferente, comenzó a azotarle y se puso cachondo. Mientras el chico hacía muescas evidentes de dolor el hombre continuaba azotándole con su polla bien dura. No llores marica, que te voy a follar parece que le iba a decir. Él que siempre había ido de machito e incluso de homófobo resultó ser más homosexual que su hijastro. Algo que demostró follando con él en su propia casa.