Se encontraban de vacaciones, como muchos otros amigos. Pero tras comentarle uno de ellos que era buen masajista el otro se decidió a probar. Empezó con sus aceites para masajes, y tocando zonas claves para la liberación de endorfinas. Su amigo estaba encantado. Lo tumbó boca abajo y continuó con el masaje, pero llega a ese punto y teniendo en cuenta que su amigo tenía que estar desnudo… no pudo evitar que sus manos fueran al culo. Su amigo empezó a preguntarse si de verdad ese tío quería darle un masaje o si se lo quería follar.
Nunca antes habían tenido la oportunidad de hablar de sus gustos y preferencias, no sabía que a él le iban los tíos. Y cuando su lengua tocó su culo fue el momento justo en el que sufrió una gran erección y supo que aquello iba a suceder.
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