Papá es policía


Siempre me han puesto cachondo los hombres de uniforme, especialmente los que tienen autoridad como mi padre. Él es policía, y aunque esté mal decirlo siempre me la pone muy dura. Ese día en la cocina me acerqué a él y me senté a su lado, él me miraba y yo acaricié su pecho. Se que se puso caliente, me puso su mano sobre mi cuello para acercarse a mi y yo me dejé llevar por él. Me dio la vuelta como si yo fuera un detenido al que fuera a esposar, comenzó a tocar mi culo. Luego me llevó a la habitación y me tumbó en la cama, sacó su polla y me dijo que se la comiera. No tardó en metérmela, jamás imaginé que mi padre follara tan bien. Al final sentí como me echaba toda su leche sobre mis nalgas, y tras correrse me la volvió a meter bien mojada.