Maduros ejecutivos y muy viciosos


Que fueran maduros no significaba que no fueran dos hombres viciosos, a pesar de su posición social. Todo comenzó al aire libre mientras miraban unos terrenos, uno de ellos acabó desnudo mientras el otro se la comía con su traje puesto. Decidieron volver al hotel e ir juntos a la habitación de uno de ellos. Allí empezaron a besarse apasionadamente y pronto acabó uno de ellos en pelotas. El otro volvió a comerle la polla y poco después también se desnudaba dispuesto a todo con él. Se abrió de piernas y comenzó a penetrarlo en la cama. Primero bien abierto, luego a cuatro patas. Todas las posturas y posiciones les parecían bien para llegar al mismo fin. Primero se corrió uno de ellos y luego el otro, acabando aquella sesión  de sexo que obviamente estaban más que dispuestos a repetir.