No lo sabían sus esposas desde luego, pero ellos a escondidas solían quedar en una habitación de algún hotel siempre para tener sexo. Solían poner como excusa algún viaje de trabajo o similares, seguramente los casados lo estén leyendo esto sabrán a lo que nos referimos. Apenas tardaron en desnudarse, tenían buenos cuerpos y no podían parar de tocarse y besarse, eso no lo tenían en casa desde luego. Tras comerle la polla uno de ellos al otro finalmente se la metió por el culo y comenzaron a follar. Era más que sexo, ellos sentían mucho más. Al final y tras acabar corriéndose en la cara los dos se pusieron de pie mientras se besaban y se frotaban nuevamente.
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