Su hijo solo tenía 18 años, era un chico delgado y frágil en comparación con la corpulencia del maduro. Pero justo esa diferencia de tamaño era lo que al padre le ponía cachondo. El maduro trabajaba demasiadas horas y no le prestaba demasiada atención, pero el joven sabía perfectamente que a pesar de ello él tenía ciertas necesidades. Eso fue lo que le llevó aquél día a ir a hablar con él, pero tampoco es que tardase mucho en bajarse la bragueta de su pantalón y sacarse la polla.
Related videos:
Las comidas de polla mas bestias
En la cabaña del bosque nadie podía verlos
Aprovechando que no están sus padres
Se atrevió a llegar hasta el final con su hermano
Su hermano estaba muy caliente
¿No me vas a enseñar tu verga?
Su hermanastro venía de jugar al futbol y acabó recibiendo su rabo
¿Aun no has acabado tus deberes?
No me puedes engañar hijo, se que te gustan las pollas
Maduros cachondos follando hasta correrse
Una corrida bien rica sobre él
¿Jugamos a la consola o follamos?